Lo único que desea Narasaki es encontrar un lugar en el que poder leer en paz. Debido a un giro inesperado de los acontecimientos, lo nombran vigilante de Terashima, un alumno conocido en el instituto por su mala conducta, y ambos pasan a encargarse del mostrador de la sala de lectura después de clase.
Aunque al principio apenas se dirigen la palabra y en la sala solo se escucha el sonido de las hojas, Narasaki se va interesando cada vez más por Terashima y la peculiar energía que transmite. ¿Qué pasará cuando lleguen las vacaciones de verano y los dos dejen de encargarse de la sala de lectura…?
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