Sofía sigue siendo una gata callejera orgullosa de si misma, pero encontrará una nueva sensación en la maternidad cuando se mete un perro en la boca. Por otro lado, Puturrú, la paloma mascota, tiene que aguantar ver como al manirroto de su dueño se le intentan ligar a través de ella, incluso gritándole en la cara. Y por supuesto, las dos esposas vuelven. Vamos a ser sinceros, aquí el tópico se subvierte y la suegra es la buena. Que a la nuera le faltan tres hervores no es ningún secreto.
Más humor tonto, más chicas gritando que no quieren ser comidas por vampiros por ser vírgenes, más de todo. Gato en el espacio. Viva la NASA.
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