Hiroto Ikuta, 29 años, sin empleo fijo. Simplemente por su carácter bonachón, se hace amigo de una anciana del vecindario que le deja en herencia su casa unifamiliar.
Así, empieza a vivir en ella junto a su prima Natsumi, de 18 años, que acaba de mudarse a la gran metrópolis tokiota.
Es el inicio de una vida en una casita que, sin duda, ayudará a reparar las ansiedades, dudas y dificultades del día a día.
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